Habló Lavallén

Pablo Lavallén se expresó en Instagram y fue bastante contundente. El usuario @federico_pirata le comentó una foto preguntando sobre los motivos de su salida. Y el DT contestó.




Recordemos que Lavallén anunció que no seguía en el club en la conferencia de prensa post partido con Temperley, donde al equipo no le salió nada, perdió 3-2 con errores propios, perdió el invicto de local y quedó afuera de la Copa Sudamericana que era el gran objetivo del semestre. Lavallén culpó a la hinchada por su impaciencia, un argumento muy poco convincente.
Ayer Lavallén argumentó que se fue porque Franceschi no le aseguró refuerzos de jerarquía ni tampoco mantener la base del plantel.

El eje vertebral del equipo era Acosta – Lema – Lértora – Ortiz – Suárez, titulares siempre que estuvieron habilitados para jugar. Hoy Suárez y Lértora siguen siendo titulares. Lema se fue por cuenta propia en condición de libre y Ortíz expresó públicamente sus ganas de seguir en Belgrano pero la dirigencia decidió no renovarle. Acosta sigue en el club pero no hizo gran parte de la pretemporada con el equipo de Primera porque esperaba una oferta para cambiar de club; recién el partido pasado volvió a estar concentrado pero no fue al banco de suplentes, sí atajó en reserva.
En cuanto a los refuerzos, ninguno de los recientemente incorporados puede considerarse de jerarquía. Más allá de las buenas intervenciones de Rigamonti, la entrega de Balboa o la trayectoria de Martínez, no es la jerarquía de la que habla Lavallén. Olivares, Menosse, Nani, Alanís, Fede Álvarez, Rivero, Denis Rodríguez, ninguno es un refuerzo de jerarquía. Son apuestas, jugadores con proyección, de buen rendimiento en el torneo anterior. Pero no son de jerarquía.
En el receso de verano, Belgrano contrató a Guevgeozián, Jonás Aguirre y Lugo. Ninguno es de jerarquía, más allá del alto rendimiento que tuvo Lugo cada vez que su físico se lo permitía.
Luego de la contratación de Bernardi, Armando Pérez declaró que «Bernardi no es exigente» (en cuanto a refuerzos).

¿Incorporó bien Belgrano en el último mercado de pases? ¿Rindieron los jugadores «con hambre» o se debió apostar por jerarquía?