Absolutamente nada

Belgrano volvió a no jugar a nada. Solo que esta vez, tampoco le salió nada. Derrota merecida.

Hace varias fechas que Belgrano no juega a nada. No hace falta ser un estudioso del fútbol para darse cuenta. Un equipo cuyo único argumento es tirar pelotazos desde los defensores centrales a los delanteros no juega a a nada. Y está destinado al fracaso. A Belgrano se le fue acabando la suerte con el correr de las fechas. Hasta que llegó el partido con Talleres. El día que mejor tenés que jugar, no te salió nada Belgrano. Ni una mínima cuota de suerte. Ni siquiera la pelota que Quintana rechazó contra su propio arco, que pegó en el palo.
Belgrano arrancó bien el partido. Los primeros 20 minutos fueron aceptables. Dos líneas de 4 ordenadas, presionando la salida de Talleres, obligando al rival a tirar pelotazos. Algunas aproximaciones al área rival, como el centro rasante de Balboa que nadie conectó.
Belgrano de a poco fue bajando la intensidad. Talleres se fue animando y Juan Ramírez comenzó a ganar la espalda de Lértora – Gil Romero.
El primer tiempo fue muy parejo. Daba la sensación de que la única manera de romper el cero era una pelota parada. Y así fue. El marcador se abrió con una mala salida de Rigamonti y penal para la T. Ramírez ejecutó perfecto y ahí comenzó otro partido.
Belgrano salió al segundo tiempo desorganizado. Talleres necesitó de solo 5 minutos de distracción de Belgrano para liquidar el partido. Los defensores dejaron avanzar y patear cómodamente al delantero rival, quien clavó la pelota en el ángulo. Exactamente igual a la fecha pasada. Belgrano no aprende de sus errores
Ya con el marcador 0-3 a Belgrano le resultó imposible. Y ahí empezó a jugar la falta de suerte. Lértora se demoró una eternidad para patear en el área chica, y cuando remata Balboa, Quintana se cruza al medio y rechaza la pelota. El Matador ganaba todas las pelotas divididas, Belgrano erraba pases y despejaba mal. Y Quintana casi hace un gol en contra, pero la pelota pegó en el palo. Los cambios no surtieron efecto.
A pesar de lo abultado del marcador, la diferencia en cancha no fue tal cual. Talleres ganó cómodamente, pero el 3-0 es exagerado.
No fue «un baile». Talleres pateó 4 veces al arco, 1 fue a dónde estaba el arquero, las otras 3 fueron gol. La T género 3 situaciones de gol y marcó en las 3. Después tuvo 2 jugadas más para agrandar la diferencia pero le faltó la puntería.
El segundo tiempo de Belgrano fue muy flojo. Sin ideas y sin suerte. Sin rebeldía, sin orgullo herido. Nadie se acercó a jugar con Matías Suárez, quién fue el más claro del pirata, pero quedó aislado .
Un partido para el recuerdo. «Manual para no repetir jamás». Ahora hay que aprovechar el parate por Fecha FIFA y entrenar duro. Ser autocrítico y enfrentar esta difícil situación. Porque actuaciones como esta, nunca más.


(Fuente: www.sofascore.com)

Los números del partido y el mapa de calor de los jugadores de Belgrano.