¿Cómo cambiar sin romper el equilibrio?

equilibrio1De cara a lo que viene, y habiendo jugado dos instancias de Copa Argentina, partido de ida de Sudamericana y el debut en el Torneo luego de una extensa pretemporada, es momento de hacer un balance de lo conseguido hasta acá y de como continuar, a manera de crítica constructiva. Siempre para tirar adelante, por Belgrano, que es la causa mayor.

Desde junio fuimos partícipes de la evolución de un técnico que si bien lleva pocos partidos, muestra algunos rasgos interesantes: no tiene miedo a cambiar, está enfocado en una idea madre y es autocrítico. Sin dudas, todo esto es más que positivo. Creemos que por ahora ha sido muy responsable y es un signo positivo que Esteban González se maneje así. No es menor recordar que es el sucesor de un proceso de 5 años llevado adelante por el técnico más emblemático de Belgrano, lo que sin dudas es algo a tener en cuenta.

El DT

Teté supo intepretar las falencias que tuvo su equipo en partidos de pretemporada y Sudamericana, y eligió un esquema más equilibrado para enfrentar a Independiente, con 4 defensores, dos volantes centrales, dos carrileros en su puesto natural (con el ida y vuelta que requiere), un jugador libre (MS) y un delantero. La idea madre, salir jugando, buscar los espacios con la tenencia del balón, se pudo ver a lo largo de la pretemporada: muchas veces no salió. Contra Estudiantes un grave error fue ese, seguir probando algo que desde los primeros minutos del primer tiempo se mostraba dificil de aguantar ante la presión rival. Contra Independiente, en cambio, el equipo fue más pragmático: cuando pudo, salió jugando, y cuando no, pases largos (o pelotazo).

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Teté es autocrítico aunque no se lo diga a la prensa o no lo diga explicitamente. Lo demuestra en los cambios que realizó: cuando tuvo que cambiar por mal rendimiento o táctica, cambió. De Estudiantes a Independiente hubo muchos cambios de jugadores que ayudaron a encontrar un equilibrio. Nos permitimos, preguntar: ¿Como cambiar sin romper el equilibrio?

Cuando nos referimos a equilibrio, pienso en que el partido con Independiente es la primera piedra desde la que Belgrano tiene que pararse para encarar lo que viene: un equipo dinámico, con hambre y llegada. Por supuesto, pero lo más importante fue que los jugadores cumplieron posiciones que les son propias, y eso también es un acierto y virtud.

Los jugadores

Olave, el eterno, el referente, líder, a quién estamos muy agradecidos y respetamos profundamente (más de una vez lo hemos endiosado, y nadie le regaló nada, fue mérito propio), está en bajo nivel. Lo decimos porque siempre fue una carta segura en Belgrano, incluso la más fuerte en algunos torneos, pero hoy es un jugador de 40 años con limitaciones propias de la edad, es algo objetivo y que no se puede dejar de tener en cuenta. Si es como dijo Teté, que va a jugar «el que esté mejor», sería bueno ver cómo se mejorará el rendimiento del Juan o si se toman variantes en ese sensible puesto.

En defensa, Aveldaño y Lema son número puesto. Por suerte, existe el Cuti Romero, que se la banca un paquetazo. Saravia, cuando está enchufado, es uno de los mejores laterales derechos (sino el mejor) del país. Por el carril izquierdo falta ajustar: Álvarez y Rojas cumplen, pero con uno se gana en ataque y se descuida en defensa y con el otro es al revés.

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En mitad de campo, Alanís como extremo puede ser una opción de recambio, pero hoy Jorge Velázquez es quien ocupa mejor ese carril, por desempeño, por estar siempre en posición de gol y por experiencia. Etevenaux no descolla, pero es volante por derecha, y el único que interpreta la posición y hace el desgaste, ya que el Gato Luján es un rebelde que como extremo puede hacer la diferencia, pero las veces que le tocó jugar ahí fueron a pierna cambiada y de volante, a revisar. Los volantes centrales son la fija: Bolatti y Lértora se entienden, cumplen y se complementan. ¿Los vimos mejor con 4-4-2 no? Álvarez Suárez jugó toda la pretemporada ahí con Lértora, y cumple. Farré es la carta de la experiencia, pero no parece que tendrá los minutos a los que acostumbramos (lo que alguna vez le pasó a Teté).

¿Arriba? Lo de siempre. Hay partidos que se llega, pero no se convierte. Lamentablemente no se encuentra el tándem ofensivo necesario para hacer frente los partidos, por más que se haya experimentado con todas las duplas, las variantes son limitadas. Picante no es lo que era, aunque lo querramos muchísimo y querramos que sea ese que fue goleador alguna vez. Óbolo está más cerca de colgar los botines que de seguir siendo titular en Primera. Bieler todavía es recordado como «un buen 9», pero no lo demostró todavía en su tiempo en el club. ¿Y el Cuqui? Díficil saber en qué lugar de la cancha podrá compartir con Matías Suárez, además de que está falto de ritmo por la maldita lesión a fines del torneo pasado. Es sin dudas una carta importante en la mano.

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Matías es un distinto. Un jugador de otra categoría, ritmo y velocidad. Ese es precisamente el pecado: juega en otra sintonía, a la cual sus compañeros no están acostumbrados. Él juega a un toque, cuando sus compañeros esperan que la controle en dos tiempos. Juega en velocidad cuando los demás piensan recibir de manera estática. Y las marcas… cuando se le acercan, le dan sin asco, porque acá se juega así. Matías no está más en la liga belga, en donde los ritmos, marcas y compañeros eran otros. Como todo jugador, es normal que requiera de re-adaptarse al fútbol argentino, con mucho roce, menos tiempo para decidir, más error. Y estamos dispuestos a darle el tiempo que sea porque ES EL DISTINTO.

Hay cosas por cambiar, una vez logrado el equilibro. El equipo tiene que generar juego, encontrar variantes y no ser la pálida expresión de un fútbol de fórmula. Hay muchos cracks: Márquez, Suárez, Luján, A. Suárez, Fede Álvarez, Saravia, Alanís, por solo nombrar a algunos que pueden cambiar el ritmo. A su vez, tiene el equilibrio que le dan los cumplidores, por caso Velázquez, Etevenaux, Bolatti, Lértora, Rojas, Luna, entre otros. Hay material en el equipo y confiamos en que el técnico sabrá elegir la fórmula del éxito. Mientras tanto, esperamos dar el salto, alentándote, como siempre, por que de este barco no nos baja nadie.

#LBDTW